
Entre las décadas de los 70 y 80 pude vivir de cerca las experiencias universitarias como estudiante de pre y posgrado, y podía percibir como se entregaba conocimiento especializado para que los estudiantes pudieran aportar en sus próximas posiciones. Sentí el llamado de los negocios y pude percibir como reemplazó las inquietudes que sobre las ciencias sociales existía en la etapa anterior. El mundo de los negocios se comenzó a desarrollar. El crecimiento de las aulas con estudiantes interesados en la economía, los negocios y la ingeniería aplicada en las empresas comenzaron a desbordar.
El MBA, el MA o el MSc en Administración, desarrollado para proveer un marco de capacidades en los negocios, se convirtió en un requisito para ser parte de estos. Muchos somos la generación de los B-schools. Estudiamos teorías de los padres de la Gerencia (Drucker), de la Dirección (Mintzberg), de la Calidad (inolvidable Shewart y sus discípulos Deming, Juran y la influencia japonesa de las metodologías kaizen, hoshin kari y otras. No podemos olvidar las lecturas sobre la administración de la dirección y gestión humana oriental a partir de los avances de la industria japonesa en el comercio mundial, que revolucionaron la perspectiva del área humana que se comenzaba a sumar a las finanzas, operaciones y el marketing.
Mucho caso de estudio. Se reclamaba que eran como ver la realidad en cámara lenta, nuestra exigencia era que queríamos verlos en cámara rápida.
Lectura, lo mínimo era un par de libros textos por lo menos, por cada curso que se llevaba. Y si decides por un curso libre, mínimo 10 libros que tenías que revisar.
Mucha interacción con los profesores, eran hombres de negocios o escribían (tenían siempre deseos de estar al día con las recientes publicaciones, era posible leer lo que se producía) o investigaban, tenían dedicación exclusiva y siempre estaban cerca para compartir mucho.
Estos programas de maestría eran populares, y te daban la formación necesaria para pretender actuar en cualquier parte del mundo.
¿Qué podemos pensar hoy?
¿Cómo sentimos que se está entregando conocimiento para la transformación digital, automatización, big data, decisiones globales, metaverso, entornos virtuales, vivencia en un universo virtual?
¿forman parte de los programas regulares?
Y los maestros, ¿están laborando en ello?
Y los alumnos ¿estarán aprendiendo de quienes hacen y transforman el mundo?
Son sólo algunas preguntas reflexivas, ¿Qué piensas?
¿Servirá la experiencia transmitida de los jefes de hoy y la que nosotros vivimos servirá dentro de dos años?
¿De qué manera suave podemos sacudirlos?